BY KAREN REYES
La palabra fintech resuena cada vez con más fuerza. El término se refiere a empresas expertas en tecnología- usualmente startups- que se encargan de generar servicios financieros de forma eficaz y económica.
La expansión de este tipo de emprendimientos, que en un comienzo muchos bancos miraban con desconfianza, hoy se transformó en una oportunidad para innovar.
En la Argentina, la mitad de las organizaciones del sector financiero ya están asociadas con un desarrollo tecnológico fintech y más del 80% espera vincularse a esta innovadora propuesta en los próximos tres años.
El dato surge de la última encuesta global de Fintech de PwC, de la que participaron más de 1.300 ejecutivos de entidades financieras (bancos y fintech) de 71 países. Los resultados fueron presentados en el marco de un encuentro que organizó la consultora sólo para sus clientes.
Además, en el país, las empresas asignan -en promedio- el 23% de su facturación anual a proyectos relacionados con fintech, por lo que esperan obtener un retorno de inversión anual del 26%.
A su vez, según los encuestados, en los próximos cinco años el universo fintech alcanzará una participación en todos los sectores de la industria -en especial, la banca de consumo, las transferencias de fondos y pagos y la banca comercial-, y las startups serán las entidades más disruptivas del innovador segmento.
En el informe se destacó que, si bien las sucursales físicas seguirán existiendo, cobrarán mayor incidencia los canales digitales para la interacción con los usuarios.
Y en lo que se refiere al vínculo entre las empresas fintech y los bancos, todo dependerá de cómo se entablen las relaciones.
Se puede dar un escenario de colaboración, en caso de que los dos se integren para mejorar la oferta de productos y servicios, o bien puede producirse una situación de competencia si cada una decide generar propuestas por su lado.
«Se presenta un importante desafío en la velocidad con la que la industria financiera puede adaptarse o cambiar frente a las nuevas tecnologías y a la disrupción y la capacidad y flexibilidad con la que lo hagan bancos y fintech», destacó Rosana Mazza, socia de PwC y especialista en servicios digitales.
Mazza se inclinó a pensar que el vínculo entre los dos actores será de colaboración, con «nuevas relaciones, modelos de negocio e integración en los próximos años».
«Los consumidores hoy son más sofisticados, incluso los de productos financieros, demandan también productos más a medida, el rol de la entidad financiera como proveedor de productos financieros va a mudar al de un facilitador, un habilitador», analizó Gastón Inzaghi, socio de Servicios Financieros de PwC.
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Es en esta necesidad de personalizar los servicios y atender a la diversidad que la unión entre empresas fintech y bancos resultaría estratégica y conveniente según los expertos.
Lo que sí es seguro es que en un mundo donde la tecnología habilita nuevos canales de comunicación, que permiten fomentar la relación directa entre usuarios y empresas -y a reducir el protagonismo de los intermediarios- seguramente la industria financiera experimentará un cambio radical.
Del informe también surgió que el 39% las empresas monitorea las nuevas alternativas para responder competitivamente y un 22% compra servicios de empresas fintech para mejorar los propios.
Asimismo, se muestra una tendencia a la integración: mientras que el 83% espera participar de alguna asociación con fintech, el 64% prevé adquirir una empresa de ese segmento.
«Los desarrollos fintech forman un ecosistema que fomenta la recolección de grandes cantidades de información y construye relaciones confiables con los clientes. Las instituciones financieras se dieron cuenta de este potencial y ahora están asociándose cada vez más con empresas fintech», subrayó Mazza.
A pesar de la visión positiva que impera al respecto, los encuestados remarcaron que todavía existen algunas dificultades regulatorias que afectan a las fintech como ser la autenticación digital de identidades,
Sin embargo, los encuestados en el país también señalaron algunas barreras regulatorias en la innovación con fintech, especialmente para la autenticación digital de identidades, así como para nuevos modelos de negocios (como el financiamiento colectivo o los préstamos entre pares) y las medidas de prevención del lavado de