Nadie cree que los bancos acabarán dirigidos por robots. Pero los bancos de todo el mundo llevan más de una década intentando acoplar los avances de la tecnología a su negocio. En esta carrera tan importante es no quedarse atrás como no ser el pionero que gaste miles de millones en crear aplicaciones que queden obsoletas en poco tiempo o que sus competidores pueden copiar a mitad de precio.
Pese a los avances tecnológicos, este dilema ha paralizado a más de un tercio de los bancos de todo el mundo, según confiesan los propios directivos.
Esta es una de las conclusiones del informe «Fantasma en la máquina», Ghosts in the Machine, una encuesta realizada en 2018 a 355 altos ejecutivos de entidades financieras de todo el mundo, elaborada por Baker McKenzie junto a Euromoney.
«Algunos bancos tienen sus ojos en el premio», la aplicación de la Inteligencia Artificial, «pero otros aún tienen que formular cómo la tecnología podría ayudar a su negocio y cómo implementarlo para mejorar. Casi un tercio (29%) de los encuestados dice que su compañía todavía no tiene una estrategia para enfrentar el amplio impacto de las nuevas tecnologías», apunta el informe que compara los resultados de 2018 con los de 2016.
Impacto de la tecnología en la banca
Según el estido ‘Ghost in the Machine’, de Baker McKenzie, la mayoría de los encuestados, el 78%, creen que la inteligencia artificial transformará su trabajo en los próximos 15 años.
Y sobre todo lo hará en un aumento de la eficiencia, es decir, en la reducción de los costes. Casi un tercio cuenta con que implicará la reducción de las plantillas, aunque consideran que esta tecnología debe estar supervisada por las personas, cuyo papel será más relevante.
El manejo de millones de datos mejorará, según este informe, en la comercialización de los productos y en la satisfacción del cliente.
Pero la banca coincide en señalar el muro contra el que se chocan: el 60% de los financieros encuestados reconocen que la regulación existente no es suficiente para abordar los retos que plantea la inteligencia artificial. Las entidades se están dando cuenta de que la adopción y puesta en marcha de funcionalidades relacionadas con esta tecnología no son tan sencillas como parecían.
Según el informe, el uso de la inteligencia artificial «todavía en sus primeras etapas por lo que es comprensible que muchos bancos procedan con cautela. Pero, a medida que aumenta el uso de esta tecnología (y otras como el blockchain, la cadena de datos para intercambio de información), no tener una estrategia claramente definida parece ser un riesgo empresarial, informó El País.