La cadena de bloques o blockchain es una tecnología que promete revolucionar casi todas las ramas de la industria, en especial, las finanzas, aunque su implementación es todavía lenta.
No obstante, existen tres razones por las cuales 2019 finalmente será el año en el que blockchain se convertirá en una herramienta de extendido entre las empresas.
1. Los ambiciosos planes de Walmart y Wall Street
Walmart lleva años probando el sistema privado de blockchain como buscador de suministros de alimentos. Afirma que comenzará a usar este sistema el próximo año y ha dado instrucciones a sus proveedores de vegetales de hojas verdes para que se unan en septiembre.
Mientras tanto, del lado de la criptomoneda, Intercontinental Exchange (ICE), el propietario de la Bolsa de Nueva York y uno de los actores más influyentes de Wall Street, planea lanzar su propia plataforma de intercambio de activos digitales a principios de 2019. Asimismo, Fidelity Investments creó recientemente una nueva empresa llamada Fidelity Digital Assets.
Lo más importante que Fidelity pone sobre la mesa es el llamado servicio de custodia de criptoactivos. Los entusiastas de las criptomonedas llevan tiempo argumentando que los grandes inversionistas, como los fondos de inversión libre, la banca privada y los fondos soberanos, están ansiosos por invertir miles de millones de dólares en activos digitales, pero no pueden porque no hay suficiente infraestructura aprobada por los reguladores.
En EE. UU., por ejemplo, se requieren grandes fondos de inversión para almacenar los activos de los clientes en cuentas individuales con los bancos u otras entidades, «custodios» que pueden protegerlos contra robos o fraudes. Sin embargo, el almacenamiento seguro de criptoactivos es un reto a nivel técnico, ya que a diferencia de las transacciones realizadas con dinero convencional, las de cadena de bloques no se pueden deshacer si resultan fraudulentas.
Fidelity, cuya solución implica una variedad de sofisticadas medidas de seguridad, se ha referido a esto como «la más apremiante pregunta sin respuesta» para las instituciones.
En las últimas semanas, sin embargo, se ha visto claramente que la falta de infraestructura no es el único obstáculo. Fidelity e ICE todavía muestran su compromiso, incluso cuando otras grandes compañías de Wall Street tienen dudas. Pero así es el criptomundo, y las cosas pueden cambiar rápidamente.
2. Contratos inteligentes: finalmente útiles para algo en el mundo real
Los contratos inteligentes son fragmentos de código que ejecutan un acuerdo entre dos partes, por ejemplo, una póliza de seguro de vuelo que automáticamente abona el dinero si el vuelo se cancela. En principio, eliminan la necesidad de todo tipo de intermediarios costosos, según revela Technologyreview.es. La idea ha existido desde la década de 1990, y Ethereum fue diseñado en 2013 específicamente como una cadena de bloques que podría ejecutar los contratos inteligentes.
Sin embargo, para que la póliza automatizada de seguro de vuelo funcione, se necesitaría una fuente fiable de datos de vuelo en tiempo real, un «oráculo», en el lenguaje de esta industria. De lo contrario, ¿cómo se evitaría que los ciberdelincuentes provocaran retrasos en los vuelos de forma fraudulenta y reclamaran pagos? La falta de una tecnología de oráculo fiable ha limitado el uso de los contratos inteligentes hasta el momento.
Ahora esa tecnología está mejorando. Una start-up llamada Chainlink se unió recientemente a unos investigadores académicos en Cornell para crear lo que llaman la primera «red de oráculos descentralizada y segura». Sus oráculos utilizan la criptografía y un tipo de hardware seguro llamado enclave confiable para enviar datos de manera segura a los contratos inteligentes de blockchain.
Un uso práctico de los contratos inteligentes que podría aparecer en 2019 es en la tecnología jurídica. Chainlink se asoció con un proyecto llamado OpenLaw, que está desarrollando acuerdos jurídicos simples basados en los contratos inteligentes (por ejemplo, un acuerdo entre un trabajador y una empresa). Y OpenLaw se ha asociado con Rocket Lawyer, un popular servicio online que permite a los usuarios crear sus propios documentos jurídicos.
La idea detrás de la colaboración, según el CEO de Rocket Lawyer, Charley Moore, es utilizar los contratos inteligentes para buscar los derechos y obligaciones de los acuerdos legales (como un contrato freelance) en blockchain y, una vez que se cumplan las condiciones del contrato, automatizar los pagos usando criptomonedas. Moore afirma que el plan es lanzarlo en algún momento en 2019 y que el sistema debería ser fácil de usar, incluso para las personas que no están familiarizadas con las criptomonedas.
Rocket Lawyer no está solo. Una start-up llamada Monax lanzó recientemente una fase beta privada para una plataforma similar de acuerdos jurídicos basados en blockchain que se ejecuta en una nueva plataforma de contratos inteligentes llamada Red de Acuerdos (Agreements Network). Asimismo, la start-up llamada Clause dice estar trabajando con LegalZoom para crear servicios jurídicos basados en los contratos inteligentes.
3. Monedas digitales respaldadas por el Estado
Aunque la criptomoneda nacional de Venezuela, el petro, con su respaldo petrolero parece haber sido una estafa o un fracaso, al menos 15 bancos centrales de distintos países están considerando seriamente el lanzamiento de las monedas digitales nacionales.
Incluso si no se emite ninguna este año, se espera que el debate sobre ellas se intensifique en 2019 ya que el uso de efectivo continúa disminuyendo en todo el mundo y se mejoran las nuevas tecnologías de pago, incluidas las criptomonedas.
La directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, habló de las monedas digitales respaldadas por el banco central en un reciente discurso. Argumentó que el dinero digital respaldado por un estado podría llegar a más personas y ofrecer una mejor seguridad, privacidad y protección al consumidor que las criptomonedas privadas o las tecnologías comerciales de pago.
¿Una forma de moneda digital garantizada por los gobiernos? En muchos sentidos, es lo opuesto a la revolución que habían previsto los pioneros de la criptomoneda original. Pero las revoluciones no siempre se desarrollan como los revolucionarios lo tenían pensado.