Mastercard suma a Apple como aliado y gana una nueva batalla fintech a Visa

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Mastercard suma a Apple como aliado y gana una nueva batalla fintech a Visa
Por Federico McDougall

La confirmación de que el segmento fintech no es una moda pasajera, sino una industria con un potencial de expansión sin límites, llegó este lunes de la mano de Apple, que provocó un verdadero terremoto con el lanzamiento de su Apple Card.

No se trató de un movimiento en la famosa falla de San Andreas que surca la costa californiana, sino de un cimbronazo que tomó por sorpresa al mundo de los bancos y las finanzas: la mayor compañía del mundo, el paradigma de lo que es la industria tecnológica, hizo su gran apuesta en el segmento de los pagos.

Está claro que la meta final es dominar el espacio de los pagos digitales. La compañía confirmó que está en camino de superar las 10.000 millones de transacciones a través de Pay este año y destacó el 70% de los comerciantes en los Estados Unidos ya aceptan la plataforma.

En este marco, el lanzamiento de su tarjeta es de vital importancia, ya que le permitirá expandirse a infinidad de negocios y establecimientos en todo el mundo que hoy no aceptan pagos por smartphone.

Respecto al «plástico», que en realidad estará fabricado en titanio, los usuarios deben registrarse en la app Wallet, acción que lleva apenas unos minutos. Así, podrán hacer seguimiento de sus compras, saldos y vencimientos, directamente desde el celular.

Un detalle muy particular del producto ess que no posee número, CVV, fecha de vencimiento ni firma del usuario. Toda esa información se almacena directamente en la aplicación.

Una ventaja importante citada por Apple en su presentación fue el nuevo programa de recompensas llamado Daily Cash: si se utiliza Apple Pay en cualquier local, la compañía devuelve el 2% de la compra; si se compra directamente en Apple, será el 3%.

La tarjeta física, por su parte, tendrá un reembolso del 1% cuando se utilice en tiendas.

Esta devolución se realiza en dinero y no en puntos o cupones; por ende, puede utilizarse para otras transacciones o para enviarse a otros usuarios. La empresa prometió además que Card no tendrá costos asociados, comisiones, ni tarifas internacionales, y adelantó «las tasas de interés más bajas».

Por otro lado, como muchos de los productos de la compañía, la privacidad es un ítem clave.

«Apple no sabe lo que compraste, dónde lo compraste y cuánto pagaste por ello», aseguró Jennifer Bailey, vicepresidenta la división Pay. Esta información quedará en el teléfono y, prometieron, no llegará a sus servidores.

Para llevar adelante tamaño proyecto, Apple tuvo que salir a buscar sociedades que le permitieran sostener el producto. Por ende, sumó dos aliados de peso que le ayudarán a consolidar la propuesta: Goldman Sach y Mastercard.

Esta última suma así otro partner de peso en su batalla con Visa por el control del segmento fintech en su pata crediticia. La firma de los dos círculos está decidida a liderar esta nueva era de pagos y ha dado pasos concretos para lograrlo.

El «Mundial fintech» de Visa y Mastercard

La transformación digital fue el pitazo inicial para que las dos tarjetas de crédito más reconocidas del mundo compitan por el futuro de los pagos digitales.

Si bien Visa conserva una mayor porción de mercado a nivel global, en el «mundo digital» es Mastercard quien está encabezando las principales apuestas para dominar las ventas con medios electrónicos de cobro.

En efecto, la firma de los dos círculos fue la que más apoyó desde un primer momento y de manera activa a la nueva generación de medios de pago digitales. Por ejemplo, está presente en la tarjeta que emite PayPal.

También en las que ofrecen N26 y Nubank, los bancos digitales más grandes de Europa y de Brasil, respectivamente. Además, también proveen sus plásticos a las fintech argentinas Mercado Pago, Wilobank y Ualá, entre otras.

Sin embargo, la competencia va más allá de los plásticos, sino que ofrecen una batalla a nivel internacional. Recientemente, Visa y Mastercard pujaron para quedarse con Earthport, una empresa que ofrece transacciones internacionales «low cost» basadas en criptomonedas.

Esta nueva forma de transferir dinero entre diferentes países es mucho más económica que la tradicional y se espera que genere próximamente un mercado superior a los u$s30.000 millones anuales.

La primera en acercar fue Visa, que se mostró dispuesta a poner sobre la mesa la friolera de u$s255 millones. Mastercard no tardó en llegar con 305 «palitos verdes».

Visa «puso el grito en el cielo» y lejos de resignarse ante su rival, redobló la apuesta: ofreció u$s320 millones como «última oferta».

Mastercard pidió a los accionistas que esperen antes de tomar una decisión, pero dio un golpe de timón: a principios de marzo cerró la compra de Transfast, una firma que realiza transferencias de dinero en 125 países de Asia, Europa, África, América y Australia. Es decir, más de los 90 en los que opera Earthport.

En efecto, la red de Transfast posee integraciones con 300 bancos e instituciones financieras con las que se conecta a través de su plataforma de programación de aplicaciones (API) para agilizar los envíos de dinero transfronterizos.

Ahora, ¿cuál es el interés en estos procesadores de pagos internacionales?

El principal objetivo bajar los costos de estas transacciones, pensando en un comercio electrónico a escala global que muestra señales de profundización.

«Visa y Mastercard parecen estar interesados en reducir el número de intermediarios con los que manejan transferencias internacionales», señala Juan José Méndez, gerente de Marca de Ripio, a iProUP.

La clave aquí no es el uso de monedas virtuales en sí, sino de la plataforma de blockchain –en este caso, de Ripple–, una tecnología que promete revolucionar la forma en que se traspasa información de una manera más veloz y confiable.

«No importa qué tecnología se utilice, aunque la cadena de bloques es una de las más prometedoras para solucionar este problema», remarca Alberto Vega, manager para Latinoamérica de BitPay, a iProUP.

«El juego tiene varias aristas, principalmente la construcción de liquidez en los diferentes mercados», asegura.

Argentina, otro campo de batalla

Mientras a nivel global pujan por quedarse con distintas startups que prometen grandes ganancias a futuro, Visa y Mastercard juegan un partido aparte para la transformación digital de sus negocios en la Argentina.

En efecto, la marca de los dos círculos ya se aventajó en el marcador y promete liderar la avanzada de las nuevas formas de pago.

Mastercard abrió el score el año pasado, cuando lanzó las tarjetas contactless, una tecnología superadora al chip y la banda magnética que se basa en los siguientes pilares:

– El cliente apoya la tarjeta sobre el lector para abonar, sin necesidad de entregarla a un tercero.

– El plástico tiene un chip con datos encriptados que permiten que no se «clone» la tarjeta.

– La operación no requiere la presentación del DNI. Tampoco la emisión del cupón ni la firma del cliente en operaciones de hasta $1.000.

– Las tarjetas se pueden «virtualizar» en una billetera electrónica, permitiendo abonar al colocar el celular sobre la terminal.

Dentro de la banca argentina, dan cuenta del «atraso» local de la marca más utilizada en el mundo.

«Mastercard bajó el año pasado un mandato a toda la región para migrar los plásticos a contactless. Visa se ‘durmió’, lo hizo recién ahora», señala a iProUP una alta fuente de uno de los bancos privados más importantes del país.

Lo cierto es que el plan digital de Mastercard está en marcha desde hace rato y el recambio de plásticos es solo una pequeña parte.

La otra muestra de su gran apuesta al mercado argentino consistió en interpretar el fuerte avance de las fintech durante 2018. Tal es así que es la tarjeta «preferida» por estas startups, como Mercado Pago (en alianza con Banco Patagonia), Ualá y Wilobank. Este último, hasta incoporó el contactless.

El caso de la empresa de Marcos Galperín es especial, ya que además se acordó la provisión de tecnología con el fin de autenticar (logueo) a los usuarios de Mercado Pago para garantizar la seguridad de las operaciones y dotarlas de una mayor rapidez.

De hecho, ambas firmas están trabajando en la tokenización de las tarjetas. Es decir, en encriptar los 16 dígitos del plástico para que sólo sirva en esa operación, y bajo otros limitantes.

Así, desplegó el sistema MDES (Mastercard Digital Enablement Service), que ya estásiendo adoptado por los bancos de la región.

Visa, por su parte, fue más tímida en este sector y recién en 2018 se decidió a formar parte de este boom junto a Brubank, el banco 100% digital fundado por el ex Citibank Juan Bruchou.

Hoy, podría decirse que Mastercard es la única tarjeta contactless del mercado (Visa recién está introduciendo sus plásticos) y viene jugando fuerte desde hace tiempo, más allá de la inminente implementación de esta tecnología por parte de su competidora.

«Para introducir una nueva tecnología e inducir un nuevo comportamiento, lanzamos promociones muy agresivas que llamen la atención. Suele registrarse un salto enorme en las ventas, ya que el nivel de transacciones queda más alto al final de la promoción que al inicio. Hay un residual que se sostiene en el tiempo», explica Martín Lang, Country Manager para la Argentina de Mastercard.

En diálogo con iProUP, el directivo señala que el próximo será extender el servicio a tarjetas de débito y con saldo prepago. También asegura que lograron crear un «círculo virtuoso» con bancos y comercios, ya que ahora los «van a buscar» para aprovechar las ventajas del contactless.

En total, la firma acumula cerca de 500.000 cuentas «sin contacto» en la Argentina, un número que Lang considera todavía «bajo» para las decenas de millones que componen su parque de plásticos. A partir de ello, se entusiasma por el potencial de la evolución de esta modalidad.

Según The Nilson Report, se trata de una pelea desigual: a nivel global, Visa sextuplica el mercado de tarjetas de su competidor. Pero el partido es largo y la transformación digital le sienta bien a Mastercard, que en 2018 mostró por primera vez en 48 años un crecimiento de su market share en simultáneo con un descenso de su rival. Y quizás Apple sea el socio para el éxito.